Lo humano del virus del Ébola: sobre cuarentenas y derechos humanos
¿Qué
te viene a la mente cuando escuchas la palabra “Ébola”? ¿Virus, bicho, sangre,
África, muertos, hemorragia, infección, contagioso, fiebre, epidemia, lejos? Si
estas fueron algunas de las palabras en las que pensaste significa que, al
igual que muchos de nosotros, la idea básica que tienes del Ébola es que es un
virus que infecta y mata a personas en África. Estas aseveraciones son ciertas
y es correcto que estén en tu mente. Sin embargo, el Ébola es un fenómeno mucho
más complejo. El Ébola no sólo es un virus o una enfermedad, sino un fenómeno
social con múltiples implicaciones de las que no podemos dejar de hablar.
Y
aquí va un pequeño ejemplo del lado humano del Ébola. No es lo único que ha
sucedido a raíz de este brote, pero es una situación que llamó mi atención y
por ello quisiera mencionarla.
Como
medida de contención, los diferentes gobiernos donde se han dado los brotes de
Ébola han impuesto cuarentenas1,2. Las cuarentenas son medidas
que restringen la entrada o salida de casas, barrios y pueblos completos donde
se han reportado personas infectadas. La restricción se aplica a toda persona
que se encuentre en el área, esté infectada o no. Estas áreas de cuarentena tienen
la función de no permitir que la infección por Ébola se siga esparciendo. Así
que, en teoría, sólo habría que esperar un tiempo y cuidar a las personas en
cuarentena hasta que sanen y la enfermedad se acabe. Pero, como bien lo sabemos
en México, hay una gran diferencia entre la teoría y la práctica.
Las
restricciones en las cuarentenas implican conflictos con los derechos humanos
de las personas allí contenidas, ya que se interfiere con su libertad de
tránsito y de acceso a servicios básicos. Sin embargo, como lo menciona Human Rights Watch, el derecho
internacional autoriza cuarentenas si se dan por emergencias sanitarias, si
están bien reguladas por el gobierno y si se asegura que el gobierno cumpla con
las obligaciones de brindar comida, agua y asistencia médica2. El problema es que en África,
las cuarentenas no están cumpliendo estos requisitos.
Las
personas que están en las zonas de cuarentenas están aisladas, no tienen acceso
a cuidados médicos adecuados, a suficiente comida3, agua limpia, o productos de
limpieza2. Parece como si sólo se
estuviera esperando a que las personas de estas zonas murieran para terminar
con el problema del Ébola.
Por
situaciones como las de estas zonas de cuarentenas es por las que se pide ayuda
internacional. Los países africanos donde se han dado los brotes de Ébola son
de los países más pobres del mundo (Guinea, Liberia, Sierra Leona, Senegal y
Nigeria), por lo que no se considera que tengan los recursos suficientes para
lidiar con la situación.
Suena
raro decirlo, pero creo que aquí sí se justifica pedir la intervención de
Estados Unidos. Ahora es cuando Obama.
Escribo
esto porque hay que tener presente que las personas infectadas no son sólo
pacientes o números en un estudio epidemiológico, sino individuos con derechos
que forman parte de una comunidad. Así que hay que olvidarse por un momento del
aspecto virológico de este blog para hablar un poco del lado humano del virus.
Referencias
1. Life under Ebola quarantine – in pictures. the Guardian at
2. West
Africa: Respect Rights in Ebola Response | Human Rights Watch. at
3. Blair,
D. Ebola patient escapes quarantine centre in search of food. (2014). at